viernes, diciembre 01, 2006
Más sobre periodismo digital
Con el fin de complementar la información sobre Periodismo Digital que hemos discutido en el Seminario, te ofrezco otros dos artículos acerca de este tema.
Léelos y dame tu opinión sobre el futuro del periodismo digital en México, tanto en la formación de los reporteros como en el desarrollo mismo de los medios en línea en cuanto a manejar con soltura las características que debe poseer todo medio digital que se respete. Finalmente, opina sobre la importancia de internet como fuente de información, toma en cuenta que muchos editores no confían en los datos que un reporteros halle en internet debido a la falta de veracidad, pues la fuente que llega a publicar no está lo suficientemente acreditada.
Publica tus opiniones en tu bitácora y envía un mensaje a la del Seminario para saber que ya cumpliste con la encomienda. Recuerda que tu participación en los debates, y las reflexiones que publiques en tu bitácora son importantes para tu evaluación
Periodistas, por una formación integral
Artículo de opinión sobre el nuevo perfil profesional del periodista
Arturo Ávila Cano
No cabe duda, el arribo de las nuevas tecnologías al periodismo obliga tanto al profesional de los medios como al estudiante a estar en permanente actualización con respecto al uso de las más recientes herramientas.
Actualmente, ya no basta con saber redactar una noticia o buscar información a través de los medios tradicionales. Hoy se exige al periodista poseer conocimientos sobre el manejo de medios digitales, paquetería de diseño, navegar por Internet, etcétera. Es decir, a las tradicionales habilidades que se le exigen a un profesional del periodismo, debemos agregar el conocimiento multimedia y el uso de herramientas que han llegado para facilitar nuestra labor.
Por ejemplo, Ulises Castellanos, ex-editor de fotografía del reconocido semanario político mexicano Proceso, indica en su Manual de Fotoperiodismo, que el profesional de la lente debe agregar a la sensibilidad visual, cultura general y el interés por el seguimiento de los sucesos diarios, la habilidad para manejar el software y la nueva herramienta digital relacionada con el ámbito fotográfico. (1)
Para este editor, quedaron atrás los tiempos de las cámaras análogas y el uso de las películas fotográficas en el oficio. En una conferencia dictada en el Club de Periodistas de México, con motivo del X aniversario de la Revista Cuartoscuro, advirtió que aquel chaval que desee ingresar al mundo profesional de la fotografía periodística debe llevar consigo los conocimientos indispensables en materia digital.
Esto no significa que el aprendiz de fotografía deba vender su cámara mecánica o automática con la que está experimentando, o que las grandes empresas como Kodak, Fuji o Ilford vayan a dejar de fabricar las clásicas películas gráficas. Simplemente, el material que antes se utilizaba en el nicho del fotoperiodismo pasará a formar parte de otro mercado, pues ya no cumple con el requisito fundamental del periodismo actual: la velocidad, la inmediatez.
Hoy, el periódico o la revista no pueden esperar el proceso de revelado y el posterior scanneo del negativo. No, hoy es preciso captar la foto, “subirla” inmediatamente a la red y editarla, en dado caso, por medio del photoshop.
Algo similar pasó con la sustitución de las máquinas de escribir por los ordenadores con procesador de texto integrado. Cuando éste último llegó a las salas de redacción, hubo que capacitar a los reporteros para que pudieran utilizar bien la nueva herramienta. Tiempo después, las escuelas de periodismo comenzaron a adaptar sus aulas con la nueva tecnología.
De tal modo, ya no había que esperar mucho para tener la información, revisar la nota y comenzar a diagramar. Sin lugar a dudas, el procesador de palabras vino a facilitar la labor del reportero, y la paquetería de diseño, como el Page Maker o el QuarkXPress, hicieron su parte.
Todas las herramientas digitales han revolucionado el oficio periodístico. Sí, no hay duda sobre ello, han facilitado el trabajo, pero… ¿La tecnología nos ha hecho mejores periodistas? ¿Es tan sólo una herramienta o se ha convertido en parte fundamental del oficio? ¿Actualmente el periodismo es más forma que fondo?
Desde luego, la profesión ha experimentado diversos cambios a lo largo de la historia, pero nunca tan drásticos, nunca tan vertiginosos que no dieran tiempo para reflexionar y adecuarse a ellos con mesura.
La llegada de la grabadora no sustituyó al bolígrafo y la libreta como compañeros indispensables del reportero; la sustitución de las máquinas de escribir por los ordenadores con procesador de texto, no implicó que el periodista aumentara su lenguaje y mejorara su forma de redactar, sino por el contrario. El arribo de las cámaras digitales no significa que aquel que las utilice va a ser el próximo ganador del World Press Photo.
No, claro que no. El periodista aún se debe preocupar por tener una formación integral. No basta con la tecnología, es preciso poseer cultura general, estar bien informado, saber redactar, consultar bases de datos, tener gusto por la lectura, etcétera.
Hoy estamos inmersos es una especie de espiral tecnológica; estamos rindiendo culto a la velocidad, a la información en tiempo real. Queremos ganar siempre las exclusivas y subirlas a la red, queremos estar siempre un paso delante de la competencia; claro, ésta sed por ser el primero no es nueva, pero la tecnología la ha magnificado. Y con ello, la ética, la veracidad de las fuentes y el obligado contraste de la información han quedado relegados.
Y lo peor es que muchas de las instituciones dedicadas a la enseñanza del periodismo, están en el mismo tenor: rindiendo culto al nuevo Dios de la velocidad, en detrimento de la formación integral.
En el pasado se sabía bien que pocas o quizá ninguna institución educativa, que contemplara en su programa de estudios la enseñanza del periodismo, podía estar a la par de los cambios tecnológicos que se estaban desarrollando en los medios de información. Hoy, la llegada de los medios digitales y la posibilidad de adquirirlos, legal o ilegalmente, y usarlos de un modo relativamente fácil, ha cambiado ese esquema.
El mundo académico ha cambiado sus planes de estudio, dándole mayor importancia al aprendizaje de las nuevas herramientas digitales y descuidando, desgraciadamente, la enseñanza tradicional. Hoy, los géneros periodísticos informativos y de opinión se estudian en dos semestres, la redacción a veces se contempla en un semestre, a veces no. No hay materias sobre el acceso a fuentes, periodismo de investigación o derecho a la información.
Sin dejar de reconocer que en la actualidad es indispensable tener ciertos conocimientos sobre tecnología digital para desarrollarte con soltura en la profesión, es preciso reconocer que hay una preponderancia de ésta por sobre la esencia periodística.
Ahora, ya no basta con especializarse en alguna fuente o dominar ciertos temas, es preciso saber utilizar las herramientas digitales para hacer llegar la información de forma rápida, en tiempo real; ya no queda tiempo para contrastar la información y verificar la fiabilidad de las fuentes. Hoy somos esclavos de la velocidad.
Esto debe cambiar, debemos hacer una pausa en el camino, una pausa obligada por las actuales circunstancias. La red nos permite tener un público más amplio como en ninguna otra ocasión en la historia, la gente ha tomado el papel de informante y se comunica sin la intervención del profesional de los medios, existe la posibilidad de tener texto, imagen fija, voz y video en un mismo sitio. La competencia ha aumentado, pues ya no sólo es la gente a título personal la que procesa y difunde información sino que también los portales de servicios han encontrado en ésta, una posibilidad más de acercarse y retener al navegante.
Ante todo este panorama, el periodista debe concentrarse en ser mejor en lo que solía hacer, antes de la llegada de la red. Es verdad que la competencia es dura, pero el periodismo tiene la historia y el prestigio de su lado. Es verdad que ahora las fuentes se han rebelado, pero no todas ellas tienen la capacidad de hacer inteligible su mensaje, de darle interés público, de otorgarle calidad, legibilidad.
No toda la información de la red es verídica, no toda tiene valor. Sólo una persona capaz de distinguir los árboles del bosque, pude otorgarle sentido, veracidad e importancia. En el Manual de Periodismo, Carlos Marín y Vicente Leñero señalan que el periodismo pervierte su función cuando tergiversa, cuando miente, cuando negocia y cuando escamotea información. (2)
Y hoy, quizás más que nunca, el periodismo padece un notable grado de perversión porque ha descuidado su esencia, porque rinde culto a la velocidad antes que a la veracidad. No se trata de informar por informar, sino de informar bien.
La formación del periodista debe ser integral. Debe tener una preparación ya sea humanística o en otras ramas del conocimiento; preparación literaria; debe saber cómo funcionan tanto el gobierno como la sociedad; debe manejar con rigor la “información”; entender conceptos; formular preguntas coherentes e interesantes. Como afirma Federico Campbell, debe saber más de método y de investigación que de técnica. (3)
Otra parte que hemos descuidado los periodistas es la materia prima de nuestra profesión: la palabra. Bien advierte Alex Grijelmo en la introducción de su obra El estilo del periodista, cuando dice que “quienes asuman la intención de formarse como expertos en lenguaje y redacción, y también en los géneros periodísticos tendrán enormes facilidades para encontrar trabajo. El descuido de sus compañeros y de los estudiantes actuales se lo ha puesto muy sencillo”. (4)
Bienvenida la tecnología, sí, pero no debemos descuidar nuestros principales deberes. El perfil del periodista actual implica un caudal de conocimientos técnicos, pero esto no basta, con este conocimiento sólo tenemos transcriptores y diseñadores; eso no es lo mejor ni para la sociedad ni para el periodismo en sí. Un buen periodista investiga, procesa y difunde información de manera sensata, responsable, inteligible.
La llegada de la red y los recursos multimedia han modificado la forma de hacer periodismo, pero sólo la forma, el fondo ha prevalecido, debe prevalecer. Esta es sólo una nueva herramienta para desempeñar nuestra labor; fascinante sí, pero herramienta. Creo que aún es muy temprano como para pensar si Internet modificó por completo al periodismo. El perfil del periodista moderno si se ha modificado, de acuerdo, pero en esencia sólo se han aumentado materias técnicas para afrontar los nuevos retos. El periodismo sigue implicando tanto método como técnica, o como dirían Joaquín Sabina y Severo Ochoa: Física y Química.
1) Castellanos Ulises Manual de fotoperiodismo, retos y soluciones Universidad Iberoamericana, Revista Proceso., 1ª. Edición. México, 2003.
2) Marín Carlos, Leñero Vicente Manual de periodismo Editorial Grijalbo. 9ª edición. México, 1986.
3) Campbell Federico Periodismo escrito Editorial Alfagura, 1ª edición. México, 2002.
4) Grijelmo Alex El estilo del periodista Editorial Taurus 7ª edición. España 2001
Internet como fuente de información
En aras de la "libertad de expresión" y la "apertura de fuentes de información", muchos gobiernos han "subido" a la red datos que antes estaban vedados o resguardados.
En el caso de México, en el sexenio -que gracias a Dios concluyó ayer tal como lo merecía, entre abucheos y gran confusión-, se registraron dos casos que demuestran la importancia de la Red como fuente de información.
En ambos casos se descubrió, gracias a los datos obtenidos en páginas electrónicas tanto de entidades gubernamentales (COMPRANET) como de carácter personal de los encargados de despacho, la gran corrupción que imperaba en ciertas entidades de la administración de un tipejo llamado Vicente Fox.
Y vaya paradoja, Fox llegó al poder prometiendo acabar con la corrupción y los privilegios de la clase política; cosa que finalmente no sucedió.
De las pocas cosas que cumplió el payaso que tuvimos como presidente fue el libre acceso a la información gubernamental; ordenó que la información generada por las dependencias de gobierno se publicara en la Red. Varias instituciones estatales respondieron positivamente a la orden presidencial.
Poco tiempo después, la reportera Anabel Ochoa, que en ese tiempo trabajaba para Milenio Diario, descubrió que en la casa del mandatario se estaban comprando toallitas de $4 mil pesitos para el menaje de su ¡democrática majestad!
Ese escándalo provocó la primer renuncia de un miembro del nuevo gobierno: el señor Carlos Rojas, amigo cercano de la caricatura de mandatario que se llamó Fox.
Poco tiempo después, otro periodista que responde al nombre de Jaime Avilés, descubrió que el encargado del Instituto Nacional contra las Adicciones, Guido Belssaso, ofrecía en su página personal, servicios de intermediación para llevar a cabo negocios en México, claro con un módico costo.Este fue otro escándalo que provocó otra nueva renuncia en la administración foxista.
Ambos casos sirven para ejemplificar cómo podemos beneficiarnos de la información que pulula en la Red si la buscamos y analizamos con criterio.
En este país es necesario que el Derecho a la Información se cumpla cabalmente y que todas las instituciones que pertenezcan al gobierno -incluida la Secretaría de la Defensa Nacional- entreguen los datos que el público les solicite.
Nosotros tenemos derecho de saber en qué y cuánto gasta el gobierno. Si no aprendemos a ver a los gobernantes como nuestros empleados, jamás seremos unos ciudadanos, en toda la extensión de la palabra.
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1 comentario:
Solò los tontos pensaron que habria un cambio real en el pais este cuatrero roba vacas solo se hizo mas rico de lo que era y jodio a todos su administracion fue todo un desastre y renunciaron varios de sus achichincles.
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